domingo, 15 de octubre de 2017

Novena a San Juan Pablo II (Para Jóvenes)


Esquema para todos los días:
1. Señal de la Cruz
2. Evangelio
3. Reflexión de San Juan Pablo II (Tomadas de la “Carta Apostólica de Juan Pablo II con ocasión del Año Internacional de la Juventud”, 31 de Marzo de 1985)
4. Oración Final.  Pedir la gracia: Padre nuestro, Ave María y Gloria




Primer Día: “La juventud, una riqueza singular”


1. Señal de la Cruz

2. Evangelio según San Mateo 19,16-22
Un joven fue a ver a Jesús, y le preguntó: -Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna? Jesús le contestó…si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos. –Todo eso ya lo he cumplido, dijo el joven, ¿qué más me falta? Jesús le contestó: - si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque era muy rico. (Palabra del Señor)


3. Reflexión de Juan Pablo II: “…la juventud, por sí misma es una riqueza singular del hombre, de una muchacha o de un muchacho, y en la mayor parte de los casos es vivida por los jóvenes como una específica riqueza…el período de la juventud es el tiempo de un descubrimiento particularmente intenso del “yo” humano y de las propiedades y capacidades que éste encierra… es la riqueza de descubrir y a la vez de programar, de elegir, de prever y de asumir como algo propio las primeras
decisiones, que tendrán importancia para el futuro en la dimensión estrictamente  personal de la existencia humana.
Hemos de preguntarnos: esa riqueza que es la juventud ¿ debe acaso alejar al hombre de Cristo? El evangelista no dice esto ciertamente… ya que la riqueza interior  que se esconde en la juventud, le había conducido a Jesús”


4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)



Segundo Día: “La juventud y el sufrimiento”

1. Señal de la cruz
2. Evangelio según San  Mateo 17, 14-18
Cuando se reunieron con la multitud, se le acercó un hombre y, cayendo de rodillas, le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron curar».  Jesús respondió: «¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí».  Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento quedó curado. (Palabra del Señor)

3. Reflexión de Juan Pablo II: hay jóvenes que han nacido marcados por el sufrimiento: por alguna carencia física, por alguna deficiencia, por algún «handicap» o limitación, por la difícil situación familiar o social. Si a pesar de todo ello su conciencia se desarrolla normalmente, la pregunta sobre el sentido y valor de la vida se convierte en algo esencial y a la vez particularmente dramático, porque desde el principio está marcada por el dolor de la existencia. ¡Cuántos de estos jóvenes se encuentran en medio de la gran multitud de jóvenes del mundo entero! ¡Cuántos se ven obligados a vivir desde la juventud en una institución u hospital, condenados a una cierta pasividad que puede suscitar en ellos sentimientos de ser inútiles a la humanidad!
¿Se puede decir entonces que también su juventud es una riqueza interior? ¿A quién hemos de preguntar esto? ¿A quién han de poner ellos esta pregunta esencial? Parece que Cristo es en estos casos el único interlocutor competente, aquel que nadie puede sustituir plenamente… y responde: Sólo Dios es bueno, lo cual significa: en Él y sólo en Él todos los valores tienen su primera fuente y su cumplimiento final…


4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)

Tercer Día: “La juventud y la vida eterna”

1. Señal de la Cruz

2. Evangelio según San Lucas 23, 39-43
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a
ti mismo y a nosotros.” Pero el otro lo increpaba diciéndole: “¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino”. Él le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Palabra del Señor)

3. Reflexión de Juan Pablo II: “…Si tú querido hermano y querida hermana quieres hablar con Cristo adhiriéndote a toda la verdad de su testimonio, por un parte has de “amar al mundo”;  porque “Dios tanto amó al mundo, que le dio su Hijo unigénito”; y, al mismo tiempo, has de conseguir el desprendimiento interior respecto a toda la realidad rica y apasionante que es “el mundo”.  Has de decidirte a plantearte la pregunta sobre la vida eterna. En efecto, pasa la apariencia de este mundo, y cada uno de nosotros estamos sometidos a este pasar….La muerte parece estar lejos de la juventud… se hace indispensable la pregunta sobre el final… Y Cristo dice: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque muera vivirá. Pregunten, por tanto, al joven del evangelio: “¿Qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?”


4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)




Cuarto Día: La juventud y la llamada de Jesús “sígueme”

 
1. Señal de la Cruz
2. Evangelio según San Mateo 9, 9
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió. (Palabra del Señor)


3. Reflexión de Juan Pablo II: “…el Sígueme de Cristo se hace sentir la mayoría de las veces ya en la época de la juventud; y, a veces, se advierte incluso en la niñez.
Esta es la razón por la que deseo decir a todos vosotros, jóvenes, en esta importante fase del desarrollo de vuestra personalidad masculina o femenina que si tal llamada llega a tu corazón, no la acalles. Deja que se desarrolle hasta la madurez de una vocación. Colabora con esa llamada a través de la oración y la fidelidad a los mandamientos. “La mies es mucha”. Hay una gran necesidad de que muchos oigan la llamada de Cristo: “Sígueme”. Hay una enorme necesidad de sacerdotes según el corazón de Dios. La Iglesia y el mundo actual tienen urgente necesidad de un testimonio de vida entregada sin reserva a Dios, del testimonio esponsal de Cristo, que de modo particular haga presente el Reino entre los hombres y lo acerque al mundo.


4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)




Quinto Día: “La juventud y  la vocación al matrimonio”

1. Señal de la Cruz
2. Evangelio según San Mateo 1, 18-20
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando
todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto el ángel del Señor se le apreció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.  (Palabra del Señor)

3. Reflexión de Juan Pablo II: “Emprender el camino de la vocación matrimonial significa aprender el amor esponsal día tras día, año tras año; el amor según el alma y el cuerpo, el amor que “es longánime, es benigno, que no busca lo suyo… todo lo excusa”; el amor “se complace en la verdad, el amor que todo lo tolera”. Vosotros,  jóvenes, precisamente tenéis necesidad de éste amor si vuestro futuro matrimonio debe “superar” la prueba de toda la vida. Y, en concreto, esta prueba forma parte de la esencia misma de la vocación que, a través del matrimonio, intentáis grabar en el proyecto de vuestra vida. Por ello, no ceso de pedir a Cristo y a la Madre del Amor Hermoso por el amor que nace en los corazones jóvenes. .. Hoy los principios de la moral cristiana matrimonial son presentados de modo desfigurado en muchos ambientes…se intenta imponer…un modelo que se autoproclama “progresista” y “moderno”. No se advierte entonces que en este modelo el ser humano, y sobre todo quizá la mujer, es transformado de sujeto en objeto, y todo el gran contenido del amor es reducido a mero placer, el cual… no deja de ser egoísta en su esencia. ¡Queridos jóvenes amigos! ¡No os dejéis arrebatar esta riqueza – de saber que somos reflejo divino desde el principio! El amor se complace en la “verdad”. Buscadla donde se encuentra de veras .

4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)


Sexto Día: “La juventud y el 4º mandamiento: honrar al padre y a la madre”

1. Señal de la Cruz
2. Evangelio según San Lucas 2, 51-52
Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Palabra del Señor)


3. Reflexión de Juan Pablo II: La historia de la humanidad pasa a través de la familia. El ser humano forma parte de ella mediante el nacimiento que debe a sus padres: al padre y a la madre,  para dejar en el momento oportuno este primer ambiente de vida y amor y pasar a otro nuevo. “Al dejar al padre y a la madre”, cada uno y cada una de vosotros contemporáneamente, en cierto sentido, los lleva dentro consigo, asume la herencia múltiple, que tiene su comienzo directo y su fuente en ellos y en sus familias. De este modo, aun marchando, cada uno de vosotros permanece; la herencia que asume lo vincula establemente con aquellos que se la han transmitido y a los que debe tanto. Y él mismo, -ella o él- seguirá transmitiendo la misma herencia. De ahí que el cuarto mandamiento del Decálogo posea tan gran importancia: “Honra a tu padre y a tu madre”


4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)




Séptimo Día: “La juventud y la educación”

1. Señal de la Cruz
2. Evangelio según San Lucas 23, 39-43
Al tercer día lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo sus padres quedaron maravillados… (Palabra del Señor)


3. Reflexión de Juan Pablo II: “…mientras escribo estas palabras a vosotros, queridos jóvenes, pienso en todas las escuelas existentes en el mundo a las que vuestra joven existencia está unida durante varios años, en los diversos y sucesivos niveles, según el grado de desarrollo mental y la orientación de las propias inclinaciones: desde la escuela elemental hasta la universidad. Pienso asimismo en todas las personas adultas, mis hermanos y hermanas, que son vuestros maestros, vuestros educadores, guías de las mentes y caracteres jóvenes. ¡Cuán grande es su misión! ¡Qué responsabilidad particular la suya! ¡Pero qué grande es también su mérito! Finalmente pienso en aquellos sectores de la juventud, de vuestros coetáneos, que – de manera especial en algunas sociedades y en algunos ambientes- carecen de la posibilidad de la instrucción, y a menudo hasta de la instrucción elemental. Éste hecho constituye un desafío permanente a todas las instituciones responsables, tanto a escala nacional como internacional, para que se someta a las mejoras necesarias tal estado de cosas. En efecto, la instrucción es uno de los bienes fundamentales de la civilización humana… de ella depende también en gran medida el futuro de toda la sociedad.

4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)




Octavo Día: “La juventud y la diversión”

1. Señal de la cruz

2. Evangelio según San Lucas 15, 11-20
Jesús dijo también: “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de herencia que me corresponde” . Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida  licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros”. Entonces partió y volvió a la casa de su padre.
Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. (Palabra del Señor)

3. Reflexión de Juan Pablo II: “…¿Cómo callar ante la tentación que representa el mercado  de la diversión que aparta de un compromiso serio en la vida y educa a la pasividad, al egoísmo y al aislamiento? Os amenaza, amadísimos jóvenes, el mal uso de las técnicas publicitarias, que estimula la inclinación natural a eludir el esfuerzo, prometiendo la satisfacción inmediata de todo deseo, mientras que el consumismo, unido a ellas, sugiere que el hombre busque realizarse a sí mismo sobre todo en el disfrute de los bienes materiales. ¡ Cuántos jóvenes conquistados por la fascinación de engañosos espejismos se abandonan a las fuerzas incontroladas de los instintos o se aventuran por caminos aparentemente ricos en promesas, pero en realidad privados de perspectivas auténticamente humanas! Algunos de vosotros podéis sentiros tentados a huir de vuestra responsabilidad; en los ilusorios mundos del alcohol y de la droga, en efímeras relaciones sexuales sin compromiso matrimonial o familiar, en la indiferencia, el cinismo y hasta la violencia. Estad alerta contra el fraude de un mundo que quiere explotar o dirigir mal vuestra energía y ansiosa búsqueda de felicidad y orientación. Os escribo todo esto para expresar la viva preocupación que siento por vosotros.

4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)



Noveno Día: “La juventud y la intercesión de María”
1. Señal de la cruz

2. Evangelio según San Juan 2, 1-5
Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí,  Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “no tienen vino”. Jesús le respondió “Mujer ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que él les diga”(Palabra del Señor)

3. Reflexión de Juan Pablo II: “… tenemos ante nosotros a María que acompaña a Cristo en el comienzo de su misión entre los hombres. Es María, la de Caná de Galilea, que intercede por los jóvenes, por los recién casados, cuando en el banquete de bodas falta el vino para los invitados. Entonces la Madre de Cristo dirige  a los hombres, presentes allí para servir durante el banquete, estas palabras: “Haced lo que él os diga”. El, Cristo.
Yo repito estas palabras de la Madre de Dios y las dirijo a vosotros, jóvenes,  a cada uno y a cada una: “Haced lo que Cristo os diga”. Y os bendigo en el nombre de la Trinidad Santísima. Amén

4. Oración a San Juan Pablo II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

(Se mencionan las intenciones de la Novena y luego se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias)